INFLUENCIA DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS

Muchos son los usos que se han dado a lo largo de la historia a lo que hoy conocemos como Parque Natural de L’Albufera y su cuenca. La intervención humana ha supuesto en la mayoría de ocasiones importantes alteraciones de los valores naturales, en ocasiones irreversibles. Algunos de estos han supuesto la degradación del ecosistema y otros han alterado su morfología original. Entre los segundos cabría destacar la reducción de la superficie del lago en beneficio de una mayor superficie de arrozal, la transformación del arrozal en huerta y la urbanización de la franja litoral.

La mayor parte de las unidades morfológicas de las que se compone L’Albufera han sufrido, sobretodo a lo largo de los últimos años profundas transformaciones que han conducido a su desaparición o a una drástica reducción de la superficie primitiva y de sus características naturales distintivas.

Al igual que el resto de albuferas valencianas, e independientemente de la acción antrópica, desde su génesis la de Valencia se ha visto sometida a un lento proceso de colmatación en el que han intervenido los aportes sedimentarios de su cuenca vertiente (ramblas y acequias que desembocan en ella), el aporte eólico, bastante menguado desde la fijación de las formaciones dunares y el crecimiento de la vegetación palustre. La consecuencia obvia de este proceso es la reducción progresiva de la superficie del lago debido a su aterramiento natural por los aportes sedimentarios. Pero este proceso no es puramente natural, viéndose  incrementado y catalizado por la intervención humana que a lo largo de la historia ha fomentado el “saneamiento” de esta zona palustre para su aprovechamiento.

Aunque la reducción en la extensión del lago se inició en época romana los cambios más espectaculares se han producido en los siglos XVIII y XIX y principios del XX (El drenaje y saneamiento fue especialmente intenso entre la segunda mitad del siglo XVIII y el inicio del siglo XX). Incluso se plantearon proyectos que promovían el aterramiento completo y definitivo del lago para sanear la zona y entregar sus tierras al cultivo.

Estos proyectos no cuajaron, pero fue imparable la expansión del regadío y de los diferentes trabajos de saneamiento llevados a cabo en el lago, con lo que se fue reduciendo progresivamente su superficie, se calcula que su extensión actual es una tercera parte de la que tuvo en la Edad Media.