PAISAJE

La cuenca hidrográfica de L´Albufera comprende las cuencas de los ríos Turia al norte y Júcar al sur, actuando el lago como embalse natural de regulación de la cuenca. Ocupa una superficie de 91.700 ha. y su origen arranca de las últimas estribaciones del Macizo Ibérico. La máxima elevación es de 1.042 m en el sector occidental y la altitud media de la cuenca es de alrededor de 150 m. En ésta se puede diferenciar tres zonas:

·         Zona alta, por encima de los 400 m, de uso fundamentalmente forestal

·         Zona media entre los 400 m y los 20 m, de uso agrícola (viñas y algarrobos)

·         Zona baja, en la que predominan los cultivos de arroz, hortícolas y cítricos .

La Albufera (del árabe Buhâira, que quiere decir 'pequeño mar') representa, junto con la Devesa del Saler, uno de los entornos paisajísticos de mayor singularidad, albergando un importantísimo número de especies vegetales y animales.

A grandes rasgos, la zona se caracteriza por presentar una gran heterogeneidad en el relieve, diferenciando por un lado el sector de la llanura aluvial y por otro el sector montañoso del interior, el cual da lugar a una gran parte de los barrancos y ramblas que drenan la cuenca de estudio.

La llanura litoral, caracterizada por presentar un relieve muy uniforme y una gran sencillez topográfica; está formada por una llanura aluvial alargada que se extiende de N a S desde la ciudad de Valencia hasta La Albufera, con una anchura variable que experimenta su máximo desarrollo en los márgenes del Río Turia. Esta planicie se eleva lentamente desde el mar hacia el interior, con curvas de nivel paralelas a la costa y a distancias cada vez menores entre sí.

El espacio delimitado entre las poblaciones de Pinedo, Catarroja, Silla, Sollana, Sueca y Cullera está ocupado por una depresión en la que destacan la marjal y el Lago de La Albufera.

Por otra parte, los únicos accidentes topográficos dignos de mención en el área más próxima a la costa son la Sierra Perenxisa al oeste y las laderas del Puntal de Bessori al suroeste, que se corresponden con las áreas más occidentales de los términos de Torrent y Picassent, respectivamente.

Aproximándose hacia el interior, el paisaje se va transformando y aparecen los primeros relieves montañosos, más suaves cuanto más próximos a la costa. Se trata de una zona de transición de la llanura litoral a las áreas montañosas y estribaciones de la Sierra de los Bosques o Sierra de Chiva, en la que alternan utilizaciones de regadío, de secano y zonas forestales.

Actualmente, el paisaje dominante en la zona es el Paisaje agrícola, formado por el Marjal o zona de cultivo del arrozal que bordea al lago y en menor grado el cultivo de huerta, arbolada, no arbolada y bajo plástico, ubicado alrededor del marjal y en las proximidades de los núcleos urbanizados.

Cabe señalar la aportación positiva que suponen las numerosas construcciones tradicionales relacionadas con el cultivo del arroz, entre las que sobresalen las chimeneas de ladrillo pertenecientes a las antiguas máquinas de vapor utilizadas para el bombeo del agua que rompen con la horizontalidad del paisaje y lo dotan de mayor entidad cultural. El estado de conservación de estas edificaciones es malo y la mayoría se encuentran abandonadas. Podemos destacar entre otras, las Cases dels Catalans, de L´Estell o la Casota de Baldoví.

En cuanto al Paisaje Urbanizado cabe distinguir los núcleos urbanos originales de las urbanizaciones de alta y baja densidad e instalaciones de uso recreativo posteriores.

Los núcleos urbanos del entorno de L’Albufera se formaron en su mayoría por la agrupación de habitantes en barracas, o construcciones hechas a base de adobe encalado con el techo de borró y un emparrado que sirve de antesala. Posteriormente este tipo de edificación se fue abandonando. La amenaza del fuego ha hecho que apenas queden muestras auténticas de estas construcciones (en El Palmar, tras un incendio se sustituyeron por casas). En El Saler fueron famosas las barracas del "Cubano" y las barracas de "Montoliu" (derruidas estas últimas a finales de los 1960). Recientemente (1998) ha sido demolida la popularmente conocida "Barraca del Cotero” (siglo XVIII).

De las escasas barracas, que conformaban el poblado de El Saler, se ha pasado en la actualidad a un conglomerado de fincas y viviendas adosadas. Se trata, en su mayor parte, tanto aquí como en la zona sur, de viviendas unifamiliares aisladas, de una o dos alturas, de tipologías, materiales y colores muy variados. De nuevo el tipo de construcción es muy heterogéneo, no responde ni al uso ni al lugar, aunque en este caso la escasa altura de las edificaciones y la presencia de un entramado de estrechos caminos y huertas con la separación de lindes hechas con setos de adelfa (“bardises”), atenúa los impactos visuales.

Por otra parte tenemos el desarrollo urbanístico realizado fuera de los núcleos urbanos, carente por lo general de una planificación adecuada, permitiendo una baja calidad estética en las edificaciones y unas altas densidades constructivas en muchas zonas (actuaciones como la construcción del paseo marítimo, que se levantaba sobre las playas del Saler provocaban un elevado impacto visual rompiendo la continuidad entre la playa y el interior de la Devesa). Además, a estos factores, ha de sumarse el turismo de masas, generador de una fuerte especulación del territorio y de la construcción desordenada que ha ido amurallando el litoral en muchas zonas. Por suerte en el caso de L’Albufera este fenómeno fue parcialmente frenado debido a la presión popular.

En cuanto a las zonas industriales, éstas se hallan localizadas de modo disperso y caótico por la superficie del Parque, aunque su presencia es más alta en las zonas limítrofes de la parte Oeste, en zonas de arrozal y huerta, como prolongación de las industrias instaladas en los términos municipales de El Castellar, Massanassa, Beniparrel, Silla, Sollana, Albalat o Sueca.

Pese a todo esto, parece ser que en los últimos años se está produciendo una reconciliación de las actividades humanas con el paisaje, las diferentes figuras de protección que le han sido concedidas al Parque han limitado los usos en el espacio natural, regulando las actividades y observándose criterios de adecuación paisajística en las actuaciones realizadas. Además se han realizado ambiciosos proyectos de regeneración de espacios naturales (entre los que cabe destacar la regeneración del frente litoral, hoy día muy avanzada), en los cuales se han retirado infraestructuras impactantes (paseo marítimo) sustituyéndolas por otras mas integradas en el paisaje.

Bibliografía (Lit. 5,7,16,17)